EL LEGADO DE ARTEVIGUA: LA PRIMERA AVENTURA


Nuestros alumnos y alumnas de 4° de la ESO han salido durante este mes a descubrir el entorno del paisaje cultural del Risco Caído. Esta aventura les ha llevado a lugares remotos de la Gran Canaria profunda donde se han puesto en contacto con la naturaleza y han podido conocer lugares que rememoran un pasado troglodita. 
La actividad se incluye en el proyecto de Patrimonio del centro y ha sido organizada por los departamentos de Educación física, Educación Plástica Visual y Audiovisual y Geografía e Historia. Los profesores Heriberto Álamo, Gonzalo Sánchez, Raquel García y David Pérez fueron los profesores acompañantes.
    La actividad comenzó a primera hora de la mañana en el instituto donde dos guaguas recogieron al grupo para llevarlo hasta el pueblo de Juncalillo en el municipio de Gáldar. 


Desde ahí comenzó la marcha a pie, y pasando por la ladera del cementerio el grupo consiguió llegar hasta un conjunto de cuevas y casas-cueva del Barranco Hondo, donde se encuentra el Santuario de la Virgen de Fátima. 
Con este lugar como telón de fondo los alumnos y alumnas comprendieron un poco mejor el significado de Patrimonio y la importancia de su protección, disfrute y divulgación.

P    Posteriormente y después de recobrar fuerzas se continuó con la marcha a pie hasta llegar al yacimiento arqueológico del Risco Caído. A lo largo de este tramo se pudieron vislumbrar multitud de especies de vegetación, cuevas y casas-cueva tradicionales, a ambos lados del Barranco Hondo. 
El antiguo poblado troglodita del Risco Caído es un entorno muy rico en vestigios paleontológicos. El asentamiento aborigen está formado por una veintena de cuevas excavadas en la roca situadas en lo alto de un escarpado acantilado en el Barranco Hondo. Aunque el lugar se ha encontrado abandonado desde mediados de siglo XX, en la actualidad se encuentra protegido y es candidato a la lista de Patrimonio Mundial de la Unesco. En el conjunto arqueológico, algunas cuevas adquieren gran importancia astronómica, ceremonial y simbólica. 

Tras esta última parada explicativa, continuó la marcha a pie hasta Juncalillo, donde las guaguas recogieron al grupo para llevarlo de vuelta al instituto. 

Esta gran experiencia nos recuerda una vez más la grandeza de las maravillas y los tesoros que nos rodean. El patrimonio que no se conoce, no se ama.

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